Encantador refugio, ideal si deseas disfrutar de paisajes montañosos tranquilos y un servicio excepcional. La atención del personal es muy personal y acogedora, haciendo que te sientas como en casa desde el primer momento, con un trato cálido y directo. Las instalaciones están impecablemente mantenidas, con una piscina pequeña donde puedes relajarte en total tranquilidad. Aunque el desayuno no es de buffet, se sirve recién hecho con delicias caseras, destacando su variedad y frescura, perfecto para comenzar el día con energía. Definitivamente es un lugar donde quieres volver para seguir explorando la belleza natural que lo rodea.

Parejas que buscan calma

La finca es un auténtico hallazgo. La atención de Fabiola es increíble, siempre preguntando si necesitamos algo y haciéndonos sentir como en casa. El desayuno, que era una gozada, nos consentía con fruta fresca y bollería que sabía a lujo.

No fue barato, pero lo encontramos aceptable.

El lugar es increíble, rodeado de montañas y con una piscina de agua salada perfecta para relajarse. Fabiola hizo que nos sintiéramos como en casa.

me sentí totalmente relajado, no tengo ninguna queja en absoluto

Lugar bien tranquilo, rodeado de montañas. Piscina de agua salada increíble, ideal para relajarte. Fabiola un amor, siempre al pendiente. Desayuno delicioso, con fruta fresca y todo muy limpio. Un oasis para desconectarse. Recomendable al cien.

El hotel está en un entorno natural increíble, perfecto para desconectar. Disfrutamos de la piscina de agua salada y las vistas eran espectaculares. Además, tuvimos la suerte de contar con un trato excepcional de Fabiola, la propietaria, que nos hizo sentir como en casa. Estuvimos allí con nuestro bebé.

A mis hijos les hubiera gustado tener más opciones para jugar cerca.

La piscina de agua salada es perfecta para relajarse y disfrutar del paisaje. La única pega es que se oye el ladrido de los perros de fincas cercanas por la noche. El desayuno, fresco y variado, es un gran acierto. Ideal para desconectar, aunque las opciones de restaurantes cercanos son limitadas.

El lugar es increíble, rodeado de montañas y con vistas espectaculares. La piscina de agua salada es un gran punto a favor para relajarse. Fabiola te hace sentir como en casa desde el primer momento, con su atención al detalle y simpatía. La habitación, muy amplia y cómoda, tenía una cama de látex donde dormí excelentemente. El desayuno era delicioso y variado, con fruta fresca y bollería recién horneada, un verdadero placer cada mañana. Sin embargo, la única pega fue que la oferta de restaurantes cercanos es un poco limitada, lo que puede ser un inconveniente si buscas más opciones para la cena. En general, fue una estancia muy agradable y definitivamente estoy deseando volver para desconectar de nuevo.

Un hallazgo increíble en medio de la montaña. Calidez en el trato de Fabiola, desayuno casero de primera y piscina ideal para relajarse. La cama, un manjar. Eso sí, un poco de joda con los ladridos de perros en la noche, pero nada que no se pueda sobrellevar.

Una estancia encantadora

Disfrutamos de la tranquilidad de la piscina, rodeados de naturaleza. Fabiola fue excepcional al darnos la bienvenida y explicarnos cada detalle. El desayuno era delicioso y muy bien preparado, ideal para comenzar el día. Recomendamos hacer uso de las instalaciones más tarde, ya que la habitación no estaba lista al principio.

La piscina de agua salada es fantástica y perfecta para relajarse. Las vistas son impresionantes, rodeadas de montañas. El desayuno ofrece fruta fresca y es muy variado. Fabiola, la propietaria, es muy amable y atenta. Me sentí como en casa.

el hotel tiene un teléfono con wasap para cualquier duda. solo hay taxis para ir a cenar.

un lugar mágico, rodeado de montañas, donde el silencio y la paz son protagonistas. la piscina es un oasis de relax 🏊, y el desayuno, aunque sencillo, es un deleite para empezar bien el día.

falta un restaurante en el hotel 😞.

maravillosa pero podría mejorar en algunos aspectos

La atención al cliente fue excepcional, José siempre estuvo disponible y dispuesto a ayudar en todo momento, lo que hizo nuestra estancia más agradable. Además, el desayuno era variado y delicioso, con opciones frescas todas las mañanas, un detalle que realmente se apreció. Las vistas de montaña desde el hotel eran impresionantes, proporcionando un entorno perfecto para relajarse.

Sin embargo, la falta de opciones de restaurantes cercanos puede ser un inconveniente para quienes buscan más variedad en sus comidas.